Una más antes de dormir

Siempre que escucho que la industria de los comics está en recesión o que cada vez menos personas los leen, me deprimo. Dicen que los niños ya no leen historietas. Que se ha vuelto un medio dirigido a hombres entre 25 y 50 años. Que somos la última generación de lectores de comics.

Cuando leo este tipo de comentarios, solo una cosa me anima.

Ver dibujos de Alex Toth. Cada línea, cada trazo es preciso y perfecto. Su simpleza y elegancia no tiene par. Veo al genio en acción y sonrío, recordando el poder del arte secuencial. Pienso en las aventuras frenéticas de los sesentas. En acción kinética y pilotos de carrera asesinos. En momias y fantasmas del futuro. En los ¡BOOM! y los ¡CRASH!, incluso los ¡KAPOW! La tinta despega del papel y las posibilidades se vuelven infinitas.


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