
#10: Extraño – Paulo Rivas (editor) y otros
De arranque, “Extraño” es una de las más interesantes antologías que se han hecho del comic peruano en la década del 2000. Miren la portada de Álvaro Portales y el tramado que la compone. Sin lugar a dudas esta es la mejor cubierta que se ha hecho en la historia del comic peruano. Con historias de autores como Martin López Lam, Marcos Descalzi y el mismo Portales, esta revista resalta por la curiosa forma en la en que trasladó el espíritu del fanzine a un formato de mayor peso (si es que algo así es posible). Si nos remontamos a la época en la que fue publicada, “Extraño” fue una de esas raras ocurrencias en la que distintos dibujantes de distinto nivel tuvieron libertad incondicional para contar cualquier tipo de historia. Naturalmente, el resultado no fue del todo parejo y tuvo sus altos y bajos. Si algo le faltó al compendio de Paulo Rivas, fue una cohesión más acertada que apunte a una personalidad y una sensibilidad común entre los trabajos. Sin embargo, no deja de ser de lo más interesante que se ha visto en la última década.

#9: DRAK – Diego Rondón
Con un comic en blanco y negro, Diego Rondón nos recordó a mediados de década algo que habíamos olvidado hace tiempo: Que a pesar que el acceso a comics en nuestro país era prácticamente nulo, aún existían personas que dibujaban comics y oh sorpresa, algunos dibujaban estupendamente bien. César Carpio es otro monstruo que aparecería en estos años y junto a otros miembros del grupo arequipeño Pandemia, demostraron que en el Perú hay artistas que nada tienen que envidiarle a exclusivos de Marvel o DC. En “Drak”, Diego narra una pesadilla de muertos y terror y mucha tinta y muchas sombras en un mundo en el que llueve constantemente. A pesar que no es ninguna revelación narrativa, Drak brilla por esos breves destellos gráficos en los que el lápiz de Rondón (un autodidacta) alcanza altos niveles de diseño y composición, llegando incluso a mezclar su dibujo con otros elementos como la fotografía. Con todo esto en mente, no sorprende que Diego se encuentre ahora trabajado para Glenat, entintando una de las últimas novelas gráficas del español Hernán Migoya, dibujada por el ya mencionado César Carpio.

#8: Lito el Perro – David Galliquio (Contracultura)
La Lima de Lito el Perro es una Lima aberrante. Es un lugar que toma todos los clichés corrosivos sobre la capital que tenemos engranados en nuestros cerebros, los mete en la maletera de un carro y los lleva a mil por hora. Varios podrán llamarlo un refrito de Fritz el Gato, pero a diferencia de Crumb –quien es una clara inspiración– Galliquio ha sabido tomar los mismos elementos y crear un ambiente desenvueltamente peruano en el que sus personajes se esmeran por empujar todo al límite. Tomemos por ejemplo al Negro Alacrán, un afro-peruano que parece haberse escapado de Tin Tin en el Congo. De más está decir que este personaje sería inmediatamente rechazado en un mercado gringo, pero el comic parece saber que el pueblo peruano es un pueblo racista y que nos sentimos tan cómodos con nuestro racismo que podemos aceptar y reírnos con un personaje así. Sin embargo, el comic funciona mejor cuando deja los estereotipos sociales de lado y simplemente vuela hacia lo absurdo. Cuando Lito y compañía mandan roedores por correo a Hugo Chávez, cuando roban el trineo de Papá Noel o cuando sus ratas/inquilinos interrumpen su orgasmo, el comic se vuelve verdaderamente divertido y único.
#7: La Araña NO (UNMSM) y El Cuy: Todas sus Aventuras (Contracultura) – Juan Acevedo
Los últimos años del 2000 fueron una bendición para las reimpresiones. Entre lo que más resaltó, tuvimos a “La Araña NO” y “El Cuy”, dos de los personajes más emblemáticos de Juan Acevedo, uno de los mejores historietistas que el Perú ha visto nacer. Los comics de Juan son protagonizados por insectos y cuyes, que al igual que los buenos comics protagonizados por animales (Pogo es un ejemplo que se viene rápido a la cabeza), exploran problemas urbanos, sociales y políticos. Claro que los comics de Juan no se contentan con hacer comentarios ecológicos y al haber sido creados en su mayoría durante la década de los ochentas, prefieren hablar de temas como la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo. De esta forma, tenemos Arañas Justicieras y Cuyes que viajan en el tiempo que en lugar de verse inmersos en tramas atiborradas de acción, terminan entablando interesantes conversaciones morales sobre los derechos humanos (o animalescos en este caso). Juan tuvo el tino de crear comics que funcionan tanto para niños como para adultos, protagonizados por animales conflictivos que dudan sobre sus propias acciones, que nos hacen pensar, y que por algún motivo ilógico también divierten y nos hacen reír.

#6: Por un Caraxo – Markus
Podríamos decir que Caraxo Man, el personaje de Markus, representa el espíritu del limeño urbano, esa persona marginada por la sociedad, que tiene aires anarquistas y que vive luchando contra policías. Sin embargo, el comic carga consigo algo más potente y si no lo vemos con atención, nos lo podemos perder. Y es que el trabajo de Markus tiene la particularidad de ser autobiográfico en espíritu. Piénsenlo un momento. En tinta y papel podemos ver todas las decepciones del autor, las huellas y los restos de los tiempos violentos que su país vivió durante su juventud y que ahora para bien o mal han moldeado su personalidad moderna (al igual que la de varios caricaturistas que surgieron a finales de los noventas). Lo interesante es que a diferencia de los demás personajes de esta lista, Caraxo Man parece estar consciente de su propia irreverencia y condición, lo que le da un nivel de autenticidad que el resto carece. Y lo peor de todo (o mejor dicho, lo mejor) es que Caraxo Man parece también estar consciente de la existencia de Markus, a tal grado que reconoce que nunca tendrá un final feliz, creando de esta forma un círculo patético perfecto.

#5: Borde 1 & 2 – Rodrigo la Hoz
El puesto número cinco de esta lista se lo lleva un fanzine. Así es. Como un ventarrón de aire fresco, Rodrigo la Hoz ha irrumpido en la escena local del comic, demostrándoles a todos que el hijo no reconocido de Dave Cooper y Jon Vermilyea es peruano. Los dos números de Borde juegan con temas clásicos como la muerte y el fin de la civilización humana; algunas de sus historias son sobre ratas y el aborto, otras sobre sacrificios humanos en islas del Pacífico. Pero lo genial de los fanzines de Rodrigo está en su estilo y en las decisiones artísticas que toma para contar sus historias. El manejo de las líneas marcadas, el uso del negro y las sombras es de lo más refrescante que se ha visto en los últimos años y son ideales para ese aproximamiento a la naturaleza y su fascinación por mundos biológicos en miniatura. Mucho ojo. Si hay una persona a la que hay que estar muy atenta en los próximos años, es Rodrigo la Hoz.
Post Relacionado: Entrevista con Rodrigo la Hoz

#4: Carboncito – Hermanos Gonzáles
¿Estamos conscientes de la labor que vienen realizando Renso y Amadeo Gonzáles? Entrando a su número 13, Carboncito es la única antología de comic peruano que ha gozado de una publicación constante durante la década y que ha servido para promocionar el trabajo de caricaturistas locales y extranjeros. ¿De qué otra forma veríamos en un solo lugar el trabajo de dibujantes clásicos como Carlos Castellanos junto al de nacionales con una narrativa más experimental como Miguel Det? Si bien empezó como fanzine, Carboncito se ha ganado hoy en día un merecido lugar como revista de calidad que incluso cuenta con los aportes de caricaturistas extranjeros de nivel como Power Paola y Ernán Ciriani. Pero quizás su aporte más grande está como modelo y oposición a todos aquellos trabajos que despiertan un interés en el ámbito local para desaparecer y desistir al poco tiempo. En un mercado donde la publicación de comics nacionales es a veces algo quimérico, los hermanos Gonzáles continúan demostrando que sí se pueden hacer trabajos de calidad en el Perú (solo basta ver la portada de Gomez Burns para el #12 para ver de lo que hablo).

#3: Rupay – Lucho Rossell, Alfredo Villar, Jesús Cossio (Contracultura)
Rupay no es solo un comic. Es un testimonio y una recopilación de documentos y vivencias sobre la guerra de violencia que el Perú vivió entre 1980 y 1984 a manos del terrorismo. Tomando nota de los trabajos de Joe Sacco, los autores de Rupay se enfocaron en la realidad de los hechos y tuvieron éxito en encontrar una narrativa lineal que conecte los desastres emocionales y mentales que vivieron los protagonistas de una de las peores épocas en la historia reciente del Perú. Sin embargo, lo interesante está en ver cómo Rupay sabiamente le da protagonismo por igual a los militares, terroristas y campesinos sin llegar a convertirse en un panfleto pro o contra algo. Los autores se mantuvieron a unos cuantos pies de sus objetos informativos y teniendo en cuenta que en esta historia no hay ni buenos ni malos, descubrieron que la mejor forma de hablar de sangre y lágrimas era a través de la realidad misma. Cuando vemos secuencias gráficas de violencia ser suplantadas por fotos reales de comisarías llenas de sangre donde murieron personas inocentes, el material cobra vida propia. Hacer un comic de este tipo es algo sumamente complejo y a pesar que Rupay tiene ciertos tropiezos narrativos a medida que progresa, tiene la distinción de ser el único de su tipo en esta lista. Al final, el mensaje es claro. Necesitamos más trabajos como este.

#2: Y se me presentó en forma de bestia – Jorge Perez Ruibal (Contracultura)
Prostitutas, muñecos sexuales y trozos de cabello humano que cobran vida son solo algunos de los elementos que conforman la obra de Perez Ruibal, más conocido como Truloboy. Bestia es un compendio de varios de sus trabajos pasados que fueron publicados en su fanzine Trulopolis y de manera similar a los comics de los grandes artistas independientes, este se enfoca en lo desnutrida y triste que puede ser la sociedad en la que vivimos hoy en día. Consideremos por ejemplo cómo una declaración de amor, seguida por un acto sexual puede convertirse en el consumo total de cuerpo y alma por parte de una chica matriarcalmente opresora. O cómo la inocencia infantil de un comercial de televisión puede verse destruida cuando se le pone cara a cara con la realidad. Con una calidad gráfica impecable, “Trulo” retrata la muerte lenta de la generación X (¿o es Y?) y lo inútil y maravilloso que es ser un adulto joven en el Perú moderno. Y creo que nadie me daría la contra si digo que con un estilo a veces visceralmente agresivo y a veces lacrimosamente poético, Pérez Ruibal se encargó por sí solo de levantar el nivel del comic nacional durante la última década.
Post Relacionado: Entrevista con Jorge Perez Ruibal

#1: Sin nombre - Manuel Gómez Burns
La historia sin nombre de Manuel Gómez Burns sobre una casa y un accidente doméstico abarca solamente dos páginas. Fue publicada en uno de los últimos números de Carboncito y consiste solo de dos viñetas. No leyeron mal. Dos viñetas. No obstante, todo lo que ocurre dentro de estos dos cuadros es tan impresionante y tan lógicamente bien diseñado que se merece este lugar en la lista. A diferencia de otros comics, el trabajo de Gómez Burns explota todo el potencial del medio con éxito y no se restringe en ningún momento a transmitir acciones de panel en panel. El autor ha construido una casa en dos sentidos. En el primero, tenemos el dibujo de la casa y vemos como un evento conduce al siguiente, todo en un instante, todo con una sola fluidez. En un segundo plano, tenemos una pieza de arquitectura gráfica en donde todo tiene sentido y en donde la composición no falla ni por un milímetro. Miren con atención. Todo funciona. Desde el pájaro hasta la cocina. Y el desenlace es simplemente genial. Lo más divertido está en la realización que la disección de la casa retrató a la perfección su forma verdadera. Esta es una vivienda delgada que tiene solo un cuarto de ancho y que si la cortáramos con un cuchillo, el resultado sería lo que vemos en el primer panel. No sé si Manuel esté familiarizado con el trabajo de McEown, pero ciertamente ambos comieron del mismo árbol. Esta es la razón por la cual el comic es un medio artístico completamente único con cualidades propias e imposibles de retratar en otros medios. No se equivoquen. Esto es arte secuencial de otro nivel.
-----
Y como mención especial...

Mención Especial: Los Comics de Perú 21
No leyeron mal. Está claro que los comics de Perú 21, versiones traducidas al español de comics de Marvel y DC, son obras norteamericanas y que de peruanas no tienen ni un pelo. Sin embargo, creo que la labor del diario es digna de mencionarse y que se merece un puesto en esta lista por la ridícula hazaña que han logrado. Pensemos un momento en esto. En el 2009 han publicado comics como Iron Man: Extremis, Astonishing X-Men, Civil War y Batman Año Uno. Así es. Batman Año “moderfackin” Uno. ¿Quién hubiera pensado hace cinco años que un periódico nacional entraría al negocio de publicar y vender comics? Si bien está claro que las ventas no se han mantenido a los niveles de las primeras ediciones del 2008, Perú 21 ha demostrado que vender decenas de miles de comics es viable en el medio local. ¿Pero lo mejor de todo esto? Se comprobó de una vez por todas que existe una alta demanda por comics en el país y que hay un mercado latente y para nada explotado que espera con ansias leer más y más comics.

Mención Especial: Los Comics de Perú 21
No leyeron mal. Está claro que los comics de Perú 21, versiones traducidas al español de comics de Marvel y DC, son obras norteamericanas y que de peruanas no tienen ni un pelo. Sin embargo, creo que la labor del diario es digna de mencionarse y que se merece un puesto en esta lista por la ridícula hazaña que han logrado. Pensemos un momento en esto. En el 2009 han publicado comics como Iron Man: Extremis, Astonishing X-Men, Civil War y Batman Año Uno. Así es. Batman Año “moderfackin” Uno. ¿Quién hubiera pensado hace cinco años que un periódico nacional entraría al negocio de publicar y vender comics? Si bien está claro que las ventas no se han mantenido a los niveles de las primeras ediciones del 2008, Perú 21 ha demostrado que vender decenas de miles de comics es viable en el medio local. ¿Pero lo mejor de todo esto? Se comprobó de una vez por todas que existe una alta demanda por comics en el país y que hay un mercado latente y para nada explotado que espera con ansias leer más y más comics.
----------
Ojalá hayan disfrutado la lista. Nos quedan dos partes. La siguiente es: Mejor Comic no Gringo, en la que veremos material europeo y latinoamericano. ¡Nos vemos!